Cumbre de libertad religiosa de la Unión del Lago destacó el activismo de los pioneros de la iglesia. 23 de abril de 2024 | Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos | Debbie Michel ¿Que hicieron y dijeron los líderes de la Iglesia Adventista, incluidos los cofundadores Jaime y Elena White, junto con José Bates, al luchar con las cuestiones difíciles de sus días? ¿De qué manera ellos, junto con otros pioneros tempranos, buscaron responder a las necesidades de la comunidad? Esas fueron algunas de las preguntas en el centro de la cumbre de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa (PARL) de la Unión Asociación del Lago que se llevó a cabo del 5-6 de abril de 2024 en la Aldea Histórica Adventista de Battle Creek, bajo el lema “Pioneros tempranos y participación cívica”. Dwight K. Nelson. [Fotografía: Katie Fellows] El sábado de mañana, Dwight Nelson, quien fuera por muchos años pastor de la iglesia Pioneer Memorial en el campus de la Universidad Andrews, detalló meticulosamente su posición al conectar con habilidad las Escrituras, los pioneros de la iglesia, y la problemática historia de los Estados Unidos y su futuro. Al hablar desde el púlpito de la segunda casa de reuniones, el edificio donde se escogió el nombre “adventista del séptimo día” en 1860 como nombre oficial de la iglesia, compartió tres convicciones de su corazón: “En primer lugar, estamos viviendo en las mismas vísperas de la eternidad; en segundo lugar, Jesús vendrá pronto; en tercer lugar, Estados Unidos está en problemas, en grandes problemas”. La raíz del problema de los Estados Unidos La última celebración de Acción de Gracias, dijo Nelson, invitó a algunos amigos a cenar, y mientras compartían los alimentos, preguntó a sus invitados cómo creían que serían los Estados Unidos para el próximo Día de Acción de Gracias. Kevin Burton. [Fotografía: Katie Fellows] “Apenas dije eso, se produjo una exclamación”. ¿Por qué? “Estamos fracturados políticamente. Estamos fracturados desde el punto de vista racial. Estramos fracturados espiritual, social y culturalmente. Estamos fracturados hasta el mismo centro”. Y esa fractura deriva de la historia de los Estados Unidos con la esclavitud. Nelson dijo que tres semanas antes, había efectuado un descubrimiento al leer Apocalipsis 18. “¿Por qué no lo había visto antes?”, se preguntó. El ángel procede a advertir de una Babilonia caída donde nadie puede comprar las mercancías. El versículo 13 enumera varios artículos, lo que incluye metales, piedras preciosas, telas finas y aceites fragantes, y termina con seres humanos que son vendidos como esclavos. “Babilonia ha estado negociando con la esclavitud de las almas humanas”, concluyó. Describió asimismo que Apocalipsis 13 ilustra que “los Estados Unidos están en una relación íntima con Babilonia”. Una clave es el dragón herido descrito en la Biblia con dos cuernos de carnero pero que habla como dragón. “Yo solía pensar, por aquí es un poco como cordero, y entonces aquí se vuelve un poco como dragón”, expresó. “Ahora me doy cuenta de que fue dragón desde el comienzo. Toda esa herida de la esclavitud se produjo porque fue dragón desde el comienzo”. Orlan Johnson, director de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la División Norteamericana, le dijo a la audiencia: “Hemos llegado a sentirnos cómodos con nuestra libertad religiosa, pero lo que nos da miedo es que cada día, alguien está recortando en silencio y a veces en voz alta” algunas de esas libertades. [Fotografía: Katie Fellows] El nacionalismo cristiano Para los que piensan que la esclavitud es cosa del pasado, Nelson señaló que la raíz de la esclavitud sigue muy viva y floreciente en los Estados Unidos del presente. “¿Escucharon alguna vez hablar de nacionalismo cristiano?” preguntó. El nacionalismo cristiano es descrito como un movimiento creciente de evangélicos estadounidenses que busca asumir el control de la política estadounidense, para que puedan avanzar su agenda política y espiritual. Una encuesta llevada a cabo por el Instituto de Investigaciones Públicas y el Instituto Brookings halló que dos terceras partes de los evangélicos de raza blanca apoyaban o sentían simpatía por el nacionalismo cristiano. Estaban en favor de que el gobierno declare al cristianismo como religión del Estado, y sentían que Dios ha llamado a los cristianos a ejercer dominio sobre todas las áreas de la sociedad. Casi el noventa por ciento de los adherentes de raza blanca al nacionalismo cristiano concordaron en que el propósito de Dios era que los Estados Unidos sean la nueva tierra prometida dirigida por cristianos europeos. “Eso es de lo más racial y racista que se puede ser”, afirmó Nelson. “Dios levantó a los Estados Unidos”, dijo Nelson, “pero los padres fundadores jamás tuvieron la intención de crear una nación cristiana. El hecho es que Dios levantó esta tierra para ser un refugio seguro en el que la Iglesia y el Estado pudieran mantenerse separados, donde ningún rey pudiera regir la iglesia y ningún papa pudiera regir la nación”. Michael Campbell, director de Archivos, Estadísticas e Investigaciones de la División Norteamericana, fue uno de los presentadores en la cumbre de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Unión del Lago. Dijo: “Nuestros pioneros eran activistas hasta lo más profundo. Querían cambiar el mundo porque creían que Jesús vendría pronto, y necesitaban comenzar a trabajar en ese mismo momento por ese pequeño cielo en la tierra”. [Fotografía: Katie Fellows] El espíritu de los pioneros El nacionalismo cristiano refleja una imagen distorsionada de Jesús, y los creyentes no pueden darse el lujo de observar lo que está sucediendo a su alrededor en silencio. “Tenemos que alcanzar a los Estados Unidos antes de que ellos lo hagan”, imploró a su audiencia. “Lo que hacemos es hallar personas que estén sufriendo, hallar a los descastados, los marginados, los alienados. Los hallamos y les mostramos amor”. Nelson dijo que es digno de destacar que los primeros pioneros enfrentaron los problemas de sus días de frente. John Byington, el presidente de la Asociación General, se sumó a la sociedad antiesclavitud y fue agente del Ferrocarril Clandestino. Elena White expresó indignación por la Ley del