Ceremonia bautismal en la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond en Papúa Nueva Guinea, con 150 personas, la mayoría de ellas estudiantes, da testimonio público de su fe el pasado 11 de mayo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] La Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond demuestra el valor duradero de la educación adventista, dicen los líderes. 26 de mayo de 2024 | Papúa Nueva Guinea | Marcos Paseggi, Adventist Review En una ceremonia que los testigos calificaron de “significativa” y “emocionante”, 150 personas, la mayoría de ellas estudiantes de la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond cerca de Puerto Moresby, Papúa Nueva Guinea, junto con algunos padres, se comprometieron con Dios por medio del bautismo en el campus de la institución el pasado 11 de mayo. La ceremonia coronó dos semanas de las reuniones PNG para Cristo 2024 en el lugar, con dos oradores internacionales y los esfuerzos coordinados de los líderes regionales de la iglesia, el personal docente y no docente de la institución, y los miembros de la iglesia local. Testimonios personales Los líderes de la institución planificaron cada parte de la ceremonia bautismal con detenimiento. Se le pidió a cada uno de los 150 candidatos que escriba una declaración, que un líder leyó mientras ingresaban a la pila bautismal de a tres, algunos de ellos con lágrimas de felicidad por ser bautizados. A medida que se leían las declaraciones sinceras de los candidatos, apareció una amplia gama de perspectivas relacionadas con los trasfondos, las esperanzas y los sueños de los estudiantes. Estudiantes, personal docente y no docente de la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond observan la ceremonia bautismal en el campus de la institución. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] Entre las declaraciones, una decía: “Tuve el privilegio de crecer en un hogar adventista, donde aprendí desde una edad temprana a amar al Señor”; y “Solo cuando crecí, sin embargo, seguí estudiando por mí misma y aprendiendo más de la voluntad de Dios para mí. Quiero ser bautizada para decirle al Señor que lo amo y que quiero servirlo toda mi vida”. “Crecí en un hogar adventista, pero rara vez íbamos a la iglesia”, expresaba otra. “Solo cuando me matriculé en Monte Diamond descubrí la verdad de la Biblia y me entusiasmé de poder conocer la Biblia por primera vez. Hoy, quiero ser bautizada para dar testimonio público sobre mi compromiso con Jesús”. La Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond prepara a jóvenes centrados en Cristo para servir a la iglesia y a la nación, dijeron los líderes adventistas. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] Una tercera expresaba: “Crecí en una iglesia cristiana que guardaba el domingo, y mi fe no significaba mucho en mi vida. Pero después que me enviaron a este colegio con internado, me sorprendí al descubrir que había muchas cosas que no sabía de la Biblia, incluido el sábado como día de reposo. He estudiado y aceptado la verdad de Dios así como está en la Biblia, y ahora estoy lista para demostrarlo por medio del bautismo. ¡Me siento tan feliz de haber decidido seguir a Jesús!” Oradores internacionales La oradora de la primera semana de reuniones fue Fylvia Fowler Kline, gerenta del programa VividFaith en la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. VividFaith conecta a miembros adventistas, en especial a los jóvenes, con oportunidades de servicio en todo el mundo: necesidades de voluntarios, oportunidades de empleo, trabajos remotos, y viajes misioneros en grupo. Vista parcial de algunos de los estudiantes bautizados en la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond el pasado 11 de mayo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] La segunda semana contó con Arturo Gutierrez Menezes, un ingeniero eléctrico jubilado de Pachucha, Hidalgo, México, que predicó en español con traducción al inglés. La historia de vida de Menezes es tan fuera de lo común como inspiradora. De profesión termógrafo infrarrojo, se capacitó en los Estados Unidos, Japón y Suecia antes de llegar a ser el primer termógrafo con el máximo nivel de capacitación en México. Como parte de su trabajo, viajaba por helicóptero para inspeccionar los pilares de baja y alta tensión con cámaras especiales. Se dedicó a capacitar a otros en México para que aprendieran a hacer su trabajo. Arturo Gutiérrez Menezes y su esposa Ana María, un matrimonio de laicos de México, viajaron hasta la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond en Papúa Nueva Guinea para apoyar los esfuerzos de evangelización. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] El trabajo arriesgado y extremadamente peligroso tuvo un efecto sobre su salud, y a los 49 años, logró jubilarse. Después de la jubilación, Menezes y su esposa Ana María decidió dedicar de su tiempo, talentos y medios para apoyar la misión de la Iglesia Adventista en el mundo. “He estado participando repetidametne en iniciativas misioneras en diversas partes del mundo”, contó Menezes. “Y también apoyo proyectos de construcción de iglesias. ¡Es un placer tan grande servir al Señor!” El 11 de mayo, Menezes fue uno de los tres que llevaron a cabo los bautismos en Monte Diamond. Después de la ceremonia, el capellán de la institución realizó un llamado donde decenas de estudiantes y varios padres se pusieron de pie para comprometerse a estudiar la Biblia y prepararse para un bautismo futuro. El vicerrector de la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond Lenyves Amos estuvo entre los líderes que organizaron la ceremonia de bautismo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review] “Decirle que sí al Señor […], esa es la mejor decisión que tomarán alguna vez”, dijo mientras los ancianos locales se acercaban con información adicional de contacto. “Permítanme que ore para que sigan firmes en su decisión”. Acerca de la Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond y el Centro de Agricultura La Escuela Secundaria Adventista de Monte Diamond se encuentra ubicada en 300 hectáreas de tierra, a treinta kilómetros al este de Puerto Moresby, la capital de Papúa Nueva Guinea, al fin de una ruta de tierra a pocos kilómetros de la Ruta Rego. La institución