Se están distribuyendo comidas y paquetes de alimentos todos los días en San Vicente y las Granadinas.
17 de julio de 2024 | San Vicente | Royston Philbert y Noticias de la División Interamericana
Los adventistas del séptimo día de San Vicente se pusieron en acción para ayudar a decenas de familias desplazadas por los daños causados por el Huracán Beryl. La tormenta de Categoría 4 azotó varias islas del Caribe hace un par de semanas.
Los servicios comunitarios y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en San Vicente se han asociado para distribuir 150 comidas por día a decenas de familias que están albergadas en refugios, dijeron los líderes de la iglesia. Hay seis refugios en la isla de San Vicente.
Además de ello, los miembros de iglesia prepararon paquetes de alimentos que distribuyeron a decenas de individuos afectados en las islas de más al sur.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, informó que el noventa por ciento de las casas de la Isla Unión quedó destruido, y que “niveles similares de devastación” se produjeron en las islas de Myreau y Canouan.
El 4 de julio, los líderes de la iglesia visitaron varias islas para evaluar las necesidades de los miembros y ministrarles.
“Uno mira todo eso y piensa, ¿dónde comenzar? ¿Dónde reconstruir? ¿Cuándo será posible que [los isleños] reinicien sus vidas?” dijo el pastor Henry Snagg, presidente de la Misión de San Vicente y las Granadinas en su visita a la Isla Unión. Snagg, que proviene de la Isla Unión, viajó con otros administradores, y allí fueron testigos de postes de electricidad caídos, edificios de acero destrozados, vecindarios aplastados y escombros por todos lados.
La iglesia adventista de la Isla Unión soportó daños extensivos, informaron los líderes de la iglesia. “Es probable que la iglesia necesite una completa reconstrucción”, dijo el pastor Chan Nichols, director de comunicación de la Misión de San Vicente.
El Huracán Beryl afectó a toda la feligresía, dijo Snagg. Las empresas de los miembros, incluidas las relacionadas con la industria pesquera, también fueron dañadas. “El sustento de la vida a partir de ahora parece pesimista y duro para ellos, dado que muchos de ellos tienen emprendimientos privados relacionados con el sector del turismo, que quedó destruido”, añadió.
El viaje no solo buscó evaluar los daños causados por el huracán, dijo Snagg. “Fue mucho más apremiante encontrarse con los miembros de iglesia y enterarse de su gran fe en Dios, para comprender de qué manera Dios los salvó después de que oraron pidiendo su protección”.
Aunque la Organización Nacional de Gestión de Emergencias (NEMO) trató de hacer que las personas dejaran la isla, muchos residentes, en especial en la aldea de Ashton, escogieron quedarse para asegurar sus propiedades y dedicarse al proceso de reconstrucción, explicó el pastor Kenan Cain, pastor de la iglesia adventista de la Isla Unión. Entre los que se quedaron hay miembros de iglesia, expresó.
Los miembros dieron de su tiempo, un generador y equipos de cocina para que el proyecto comenzara a funcionar.
Susan Charles, primera anciana de la iglesia en la Isla Unión, ofreció su casa para que sirviera como centro de operaciones, mientras que Fitzgerald Hutchinson, uno de los miembros de iglesia, ha abierto su hogar para llevar a cabo cultos de adoración.
“Fue fundamental establecer un centro gestionado por un representante de ADRA, para atender las necesidades de los miembros de iglesia y la comunidad que quedó en las islas”, explicó el pastor Cain.
El pastor Aldon Ambrose, secretario ministerial de la Misión de San Vicente y las Granadinas, dijo que él y Veronica Ambrose, directora de ministerios de la mujer, el niño y el adolescente, han estado ayudando aconsejando qué hacer a las familias desplazadas en los refugios.
Franklyn Joseph estuvo entre los que se quedó en un refugio de San Vicente, después de ser evacuado de su casa en la Isla Unión una vez que pasó el huracán. Milagrosamente, su casa, que fue construida por la iglesia adventista allí, no sufrió ningún daño como el resto de su vecindario, reportaron los líderes de la iglesia. Por el momento, Joseph, que tiene 60 años, tendrá que permanecer en San Vicente.
Los líderes de la iglesia en San Vicente están haciendo arreglos para que un grupo de pastores pueda ministrar a las necesidades de las personas en los próximos días y semanas.
La sede de ADRA en la Unión Asociación del Caribe continuará evaluando las necesidades más apremiantes en las islas y ofreciendo orientación y ayuda después del paso del Huracán Beryl, dijo Isaac Alexander, director de ADRA en la Unión del Caribe.
Traducción de Marcos Paseggi
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