Costurera de Denver, Colorado, hace que el programa vespertino de los Conquistadores cobre vida.
8 de agosto de 2024 | Vanya Kovacheva, Noticias de la Asociación Rocky Mountain
Crecer en un país comunista hizo que tuviera hambre de Dios. El silencio sobre Dios era ensordecedor. Tenía unos 5 años cuando levanté mi cabeza al cielo en el patio de juegos del jardín de infantes y supe que había un Dios.
Mi abuela y mi madre jamás me dijeron algo sobre Dios. Tenían miedo de que los comunistas llevaran a nuestra familia de nuestra casa o nos enviaran a trabajar y morir en un campo de concentración. Eso ya le había pasado antes a mi abuela, dado que mi abuelo había sido un exitoso empresario privado.
Mi bisabuela me habló en cierta ocasión sobre “el evangelio”. Le pregunté: “¿Qué es eso?” y dijo que era un libro sobre Dios. Yo no sabía nada de Dios. El mundo parecía oscuro y siniestro. Me dije: “Cuando crezca y aprenda a leer, leeré ese libro”. Con el tiempo, supe dónde encontrar información sobre el que existe y no podemos ver.
Avancemos hasta cuando tenía 12 años. Mi madre comenzó a asistir a estudios bíblicos en la Iglesia Adventista. Después de un año, aprendió tanto de la Biblia que comenzó a hablarme e invitarme a la iglesia. Me gustó cada momento de cada sermonó. Finalmente podía aprender sobre el Dios invisible en el que creía. Estudié la Biblia cada día. Leí cada libro que salía impreso de la casa editora de la iglesia.
Inmediatamente después de mi bautismo, los líderes me invitaron a ser maestro de Escuela Sabática. He estado enseñando lecciones de Escuela Sabática durante muchos años para diversos grupos etarios.
Más tarde, me gradué con un título de maestría en ingeniería textil. Mi por entonces novio llegó a ser pastor, y nos casamos, prestando servicios en Bulgaria durante nueve años. Quería estudiar más, de manera que llegamos a la Universidad Andrews en Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos, para nuestros segundos títulos de maestría.
Llamada al vestuario
Mientras estudiaba mi maestría en Ministerio Joven en la Universidad Andrews, ayudé a Betty Whitehead, coordinadora de vestuario de la Universidad Andrews y productora de Historia Bíblica para la organización del Camporee Internacional de Conquistadores, para fabricar algunas prendas para la “Obra de la Pasión”, un evento del ministerio joven que da vida a los eventos finales de la vida de Jesús. Unos meses después, Betty me pidió que fabricara unas prendas para la producción teatral de la “Historia de José”. Logramos vestir a todos los muchachos del reparto durante tres meses, con unos pocos rollos de tela de color blanco crudo.
No tenía idea en lo que me estaba metiendo.
Mi visita al Camporee Internacional de Conquistadores de Oshkosh, Wisconsin, por primera vez fue algo impresionante. Habían construido una pirámide de tamaño real detrás del escenario para que pareciera el Egipto real. Unos quince mil niños estaban mirando la obra. Me quedé prendada de la tarea. Construir un escenario para contar una historia, captando la imaginación de esos jóvenes para Dios, mostrando de qué manera Dios está presente en la historia humana y cómo interviene en los asuntos humanos, porque se interesa en nosotros, es una causa digna de lucha.
Han ahora pasado veinte años desde que hemos producido las historias de Ester, Daniel, David y el más reciente, Moisés, para el Camporee. Actualmente soy diseñadora de vestuario y costurera principal para el Camporee 2024 en Gillette, Wyoming. Me encanta diseñar las prendas de a cada siervo, esclavo, profeta, rey faraón. Dios es el creador de nuestra tierra y el Dios de todas las personas. Como hemos sido creados a su imagen, tenemos capacidades creativas. Cuando creo, me siento cerca de Dios.
A menudo, cuando llego a cierto personaje que necesita una prenda, oro, y, por la noche, cuando se calma mi cerebro, veo la prenda en mi cabeza. Solo si la veo puedo diseñarlas. Mi esposo Evgeni me dijo: “¿Cómo puedes diseñar tantas prendas distintas?” No lo sé, le dije. Solo diseño creatividad de parte del Creador de todas las cosas.
En preparación para este Camporee, pasé tres semanas en la Universidad Andrews en las prácticas y para hacer las pruebas de las prendas con los actores. Invitamos a la gente para que nos ayude a coser las prendas. A veces, teníamos hasta cinco mujeres ayudándonos a la vez. Marilyn Oliver, una costurera invitada, ha estado con nosotros por la mayor cantidad de tiempo. Marge Schwartz, también costurera, se sumó a nosotros durante el último Camporee en 2019 y ha estado llevando a cabo un excelente trabajo.
Dios ama a todas las personas, y cada niño se merece escuchar la voz de Dios y ver su presencia. Dios se sacrificó a sí mismo para dar prueba de su amor y convencer a todos los niños de su gran valor Eso es lo que espera lograr la obra bíblica por medio de la vista, el oído y la experiencia de la presencia de Dios en el Camporee de Wyoming.
La versión original de esta noticia fue publicada porsitio de noticias de la Asociación de Rocky Mountain .
Vanya Kovacheva es la diseñadora de vestuario y principal costurera del Camporee Internacional de Conquistadores y miembro de la iglesia adventista de Denver Sur en Denver, Colorado, Estados Unidos.
Traducción de Marcos Paseggi
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