El sábado y la escatología

¿Por qué el sábado es tan importante en los eventos de los últimos días?

31 de enero de 2025 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ángel Manuel Rodríguez, para Adventist Review

P: ¿Por qué el sábado es tan importante en los eventos de los últimos días?

Permítame compartir con usted algunos pensamientos sobre el gran significado del sábado en el fin del conflicto cósmico.

El sábado y el amor de Dios

El sábado es el único mandamiento que identifica a Dios sobre la base de dos de sus actividades: La creación (Éxo. 20:8, 11) y la redención (Deut. 5:15). Ambas son, al igual que el evangelio, el resultado de la obra del Hijo de Dios (Juan 1:1-3, 14; Rom. 3:23, 24). La creación y redención constituyen las dos manifestaciones públicas del amor divino que conocemos. La creación fue una expresión del amor y la sabiduría divinas (por ej., Gén. 1:31; Sal. 19:1; 8:3-6; 1 Juan 4:8, 16), y la redención, la expresión más gloriosa del amor altruista divino (Juan 3:16; 10:17, 18). Dios también nos dio el sábado para recordarnos que es un Creador amante. El querubín caído procurará silenciar el testimonio del sábado a la creación como el primer acto de amor divino y del evangelio de salvación por medio del amor sacrificial de Cristo.

El sábado y el carácter de Dios

Dado que el decálogo es una expresión verbal del carácter de Dios y el sábado es parte de él, un cambio en la ley moral es, en efecto, un ataque contra la integridad y perfección del carácter de Dios. Cualquier modificación de la ley moral de Dios implicaría claramente que la ley, y más específica el Dador de ella, son imperfectos. En consecuencia, sería legal y moralmente justificable desobedecer esa ley imperfecta. Al cambiar del sábado como día de reposo al domingo, el querubín caído esperaba desacreditar el carácter de Dios y manifestar su autoridad sobre la ley. Cuando los seres humanos reconocen su autoridad al aceptar el cambio y obedecer el nuevo mandamiento, se someten a él como el verdadero legislador.

El sábado y la adoración

Un cambio del cuarto mandamiento significaría adorar a un Dios falso. El sábado es un día santo, durante el cual los humanos disfrutan de la comunión y adoran al Creador y Redentor (por ej., Isa. 66:23). El querubín caído modificó la ley al cambiar el mandamiento en el cual la ley y la adoración están interconectadas profundamente. Con un cambio (el del cuarto mandamiento), el querubín caído buscó desacreditar el carácter de Dios y volverse objeto de adoración. La raza humana debería recordar que el sábado es señal del poder creador de Dios, y que, como tal, él es el único objeto exclusivo de la verdadera adoración. Los seres humanos deberían escuchar otra vez una proclamación del evangelio de salvación por la fe en Cristo que no se oponga a la ley de Dios. La perpetuidad de la ley tiene que ser proclamada como evidencia de salvación por la fe en Cristo, que nos impulsa a inclinarnos ante el Creador y Redentor en adoración sincera.

El sábado como señal de lealtad

La singularidad del sábado lo transforma en una señal de lealtad a Dios. En la lengua hebrea, el decálogo consiste en 152 palabras (Éx. 20:3-17). En el centro mismo hallamos la frase: «Pero el séptimo día es un sábado de Jehová». Esa frase se convirtió en cuestión de debate sobre la historia del sábado. La especificidad de «el séptimo día» perturbó al mundo cristiano y finalmente fue quitado, sosteniendo que «el séptimo día» es un componente ritual en el cuarto mandamiento sin ningún valor para los cristianos. En el texto bíblico, la especificidad del mandamiento es una señal de lealtad a Dios (Éx. 16:23-30). El querubín caído se opone a la señal de lealtad a Dios para el tiempo del fin, pero ofrece paradójicamente a todos un sábado específico falso como señal de lealtad a él (Apoc. 13:16).

El doctor Ángel Manuel Rodríguez se ha jubilado después de ser pastor profesor y teólogo.

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