Con cautela, los miembros siguen buscando maneras de reunirse y de compartir el evangelio donde estén.
4 de abril de 2024 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana
A pesasr del aumento de la violencia de pandillas en Haití durante los últimos meses, lo que ha afectando las operaciones normales de la iglesia allí, los esfuerzos recientes de evangelización han resultado en miles de bautismos, dijeron los administradores de la iglesia.
“El impacto de esta situación y las actividades y la operación de la iglesia y las instituciones es inmensa”, dijo el pastor Pierre Caporal, presidente de la Unión Haitiana. Cuatro de los cinco campos de misión y asociación locales se han visto directamente afectados, lo que incluye la sede central de la iglesia que se encuentra en Delmas, en el centro de Puerto Príncipe, Haití.
Al menos 55 iglesias están cerradas, dijo Caporal. “El número va en aumento semana a semana”. Muchas de las oficinas administrativas de las escuelas y otras instituciones no pueden operar plenamente. “El personal de la unión, por ejemplo, continúa trabajando desde tres lugares diferentes”, dijo. Caporal y otros líderes trabajan desde sus casas u otros lugares cercanos cuando es posible. Se reúnen por Zoom y hablan por teléfono para recibir actualizaciones sobre la vida de los miembros de iglesia del territorio, y tratan de ministrar a los líderes regionales tanto como les resulte posible, explicó.
A fines de enero, hombres armados ingresaron al campus de la Universidad Adventista de Haití en Diquini, Carrefour, lo que llevó a los directivos a enviar a los estudiantes a sus casas y cerrar el campus durante casi cuatro semanas.
“Hay más de dos mil familias adventistas desplazadas, lo que incluye 18 familias pastorales, administradores de asociación, y otros cientos que han perdido sus pertenencias”, explicó Caporal. “Estoy sumamente preocupado por la seguridad de nuestros miembros de iglesia, muchos de los cuales han dejados sus hogares y están viviendo en cualquier lado y en todas partes”, expresó. Los líderes de la iglesia están viendo que muchos miembros de iglesia y sus familia huyen buscando seguridad, y la violencia y la incertidumbre es parte de la vida diaria, dijo Caporal.
Las iglesias que están abiertas para los cultos sabáticos lo hacen por tan solo unas pocas horas en las primeras horas de la tarde, para permitir que los miembros regresen a sus hogares antes de la puesta de sol. Otros se reúnen en cobertizos, hogares, espacios alquilados o al aire libre. Otros siguen los cultos de la iglesia en línea o sintonizan Radio Esperance, la estación de radio de la iglesia.
Algunas de las iglesias adventistas más grandes, que tienen más de ochocientos miembros, como el Auditorium de la Bible, Temple No. 1, y Eben-Ezer —que siempre había tenido dos turnos los sábados— han cerrado sus puertas. Son las que están más cercas de la zona centro, junto al palacio nacional, donde los conflictos armados son un acontecimiento diario, dijeron los líderes de la iglesia.
Trasladarse distancias cortas de un lado a otro no es seguro, contó Caporal.
En medio de la violencia y los desafíos que nos rodean, Dios continúa cuidando de su pueblo, dijo Caporal.
“Vemos las misericordias diarias de Dios a favor de su iglesia y su pueblo”, expresó. La iglesia ha sido testigo de un número sin precedentes de bautismos. Más de cuatro mil personas han sido bautizadas desde el comienzo del año. Hay algunos lugares que resultan más favorables que otros, donde la iglesia puede ministrar e invitar a sus amigos y vecinos para que aprendan más del evangelio. Las 172 iglesias y 186 grupos de la región norte de esa nación insular pueden reunirse todas las semanas.
En total, la pasión del evangelio aún está muy presente en los corazones de los miembros de iglesia, dijo Caporal. Los líderes de la iglesia han organizado cuatro días de ayuno y oración, del 3-6 de abril, implorando la protección de Dios por los miembros y por el país. Es la segunda vez en este año que la Iglesia Adventista organiza días de ayuno y oración a nivel nacional en Haití.
“Los días que tenemos por delante siguen siendo motivo de preocupación, pero si hay algo que seguiremos haciendo es confiar en Dios”, dijo Caporal.
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Haití ha estado ayudando ya por varios meses a miles de familias desplazadas con alimentos y otros artículos en las comunidades más afectadas del país. ADRA Internacional y ADRA Interamérica estarán ofreciendo programas educativos y otros artículos para los niños de varias comunidades durante los próximos dos meses.
David Poloche, director de ADRA en la División Interamericana, dijo que una campaña especial de recaudación de fondos en las sedes regionales de Servicios e Industrias de Laicos Adventistas (ASi) de Interamérica beneficiará a las familias adventistas desplazadas de Haití.
“Queremos colaborar para que los miembros de iglesia regresen a sus hogares en las provincias, donde podrán ser reubicados, y ayudarles con alimentos y para cubrir sus necesidades básicas”, dijo Caporal.
Hay más de quinientos mil miembros de iglesia esparcidos en las cinco asociaciones y misiones de Haití, que supervisa 1230 iglesias y congregaciones. La unión administra un hospital, varias clínicas, una universidad, y decenas de escuelas primarias y secundarias.
Jean Carmy Felixon colaboró con información para este artículo.
Traducción de Marcos Paseggi
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