Tan solo en nuestra galaxia hay aproximadamente 100 billones de estrellas. Y aún más allá, habría 200 billones de trillones de ellas.
5 de diciembre de 2024 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson
Nadie sabe exactamente qué cantidad de planetas hay en el universo, pero los astrónomos estiman que tan solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, ¡hay más de 100 billones de planetas!1 Además de esta cantidad, los científicos nos dicen que hay por lo menos 100 billones de galaxias en el universo observable; así que el número de planetas ¡podría incluso contarse en trillones! Sin embargo, tales cantidades se basan en observaciones de una pequeña parte del universo; por lo tanto, lo más probable es que el verdadero número de planetas es todavía mayor. 2 Asombrosamente, además de los planetas, los astrónomos calculan que hay aproximadamente unos 100 billones de estrellas tan solo en la Vía Láctea, con aproximadamente 200 billones de trillones (200,000,000,000,000,000,000,000,000) de estrellas más allá de la misma.3
En alguna parte, en medio de este resplandeciente universo, Dios descendió y creó este puntito de planeta al que llamamos planeta “Tierra”.
“¡Que haya luz!”, dijo Dios, “Y la luz llegó a existir” (Gén. 1:3). Después de dotar a este mundo de luz y vida, tuvo lugar el acto cumbre de su creación: “Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios; hombre y mujer los creó” (Gén. 1:27).
Todo era perfecto —hasta que ya no lo fue. Al elegir el pecado por encima de su Creador, nuestros primeros padres hundieron este planeta en el sufrimiento y el dolor, convirtiendo este planeta en el único que experimenta la separación que trae consigo la rebelión.
Dios eligió la gracia extraordinaria
Con sus innumerables mundos inhabitados a sus órdenes, Cristo podría haber simplemente extinguido instantáneamente este pequeño y rebelde planeta; pero no lo hizo. En vez de ello, Dios eligió mostrar una medida extra de gracia a sus difíciles criaturas, al venir a este ingrato planeta en donde viviría y moriría a fin de que algún día pudiéramos vivir para siempre con él.
De manera que, cierta noche, mientras las estrellas que había creado brillaban muy alto en el cielo, el Rey del universo nació en un establo lleno de animales y fue colocado en un pesebre. No hubo para él un trono de oro desde el cual reinar. Él fue “despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado y no lo estimamos” (Isa. 53:3).
A lo largo de su vida en este planeta, Cristo manifestó paciencia, compasión, amor y gracia extra para todos. Aun cuando aquellos a quienes había venido a salvar lo clavaron en una cruenta cruz, las palabras que salieron de sus temblorosos labios fueron “Padre … perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).
Colgando de la cruz entre el cielo y la tierra, uno de los últimos actos de amor de nuestro Señor Jesucristo fue permanecer en la cruz mientras todos los demonios del infierno se arremolinaban a su alrededor, tentándolo a retirar su inconmensurable gracia de aquellos que le escupían el rostro y, a regresar a su hogar celestial junto al Padre —pero él no lo hizo. Mostrando su infinita gracia hasta el último momento, Cristo dio su vida de manera que todos los que lo eligieran pudieran vivir.
Unidos en el plan de salvación
Al ascender al cielo, Cristo no se olvidó de aquellos a quienes vino a salvar. Tanto el Padre como el Hijo están unidos en el plan de salvación.
“La Biblia nos muestra a Dios en un lugar alto y santo, no en un estado de inactividad, ni en silencio y soledad, sino rodeado por diez mil veces diez millares y millares de millares de seres santos, todos dispuestos a hacer su voluntad. Por conductos que no podemos discernir, está en activa comunicación con cada parte de su dominio. Pero es el grano de arena que es este mundo, en las almas por cuya salvación dio a su Hijo unigénito, donde su interés y el interés de todo el cielo se concentran. Dios se inclina sobre su trono para oír el clamor de los oprimidos. A toda oración sincera, él contesta: ‘Aquí estoy’. Levanta al angustiado y pisoteado. En todas nuestras aflicciones, él es afligido. En cada tentación y prueba, el ángel de su presencia está cerca de nosotros para librarnos”. 4
Un nuevo mandamiento
¡Asombrosa gracia! Pero hay más aún. La noche anterior a su muerte, Jesús les dijo a sus discípulos: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan 13:34, 35).
Una de las formas más poderosas de manifestar amor es mostrar gracia hacia los demás. ¿Hay alguien a quién conozcas —un amigo, miembro de tu familia, compañero de trabajo, alguien en la iglesia, un vecino, incluso un extraño—, que necesita que le brindes extra gracia el día de hoy? El hacerlo puede ser difícil algunas veces; pero recordemos la promesa de nuestro Señor: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Cor. 12:9).
Hermanos y hermanas: Al pisar los umbrales de un nuevo año, los invito a unirse a mí en el propósito de aprovechar la oportunidad de pedirle a Dios que nos dote de la medida extra de gracia que todos necesitamos; y de permitirle a Dios que nos use a cada uno para hacer extensiva su maravillosa gracia a un mundo que se encuentra en situación desesperada.
1 Big Think, “How Many Planets Are There in the Universe?” (Big Think, “Cuántos planetas hay en el universo?”) Big Think, consultado el 3 de octubre de 2024, https://bigthink.com/starts-with-a-bang/planets-universe/.
2 NASA, “Billions and Billions of Planets”(Billones y billones de planetas) NASA Jet Propulsion Laboratory (Laboratorio de propulsión a chorro de la NASA), consultado el 3 de octubre de 2024, https://www.jpl.nasa.gov/news/billions-and-billions-of-planets/.
3 “¿How Many Stars Are in the Universe?” (Cuántas estrellas hay en el universo), consultado el 3 de octubre de 2024. https://bit.ly/HowManyStarsintheUniverse.
4 Elena G. White, El Deseado de todas las Gentes (Mountain View, Calif.: Pacific Press Pub. Assn. 1955), p. 323.Editado e impreso por PUBLICACIONES INTERAMERICANASCTed N. C.
Traducción – Gloria A. Castrejón
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