20 de enero del 2024 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, Presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Ahora, la Biblia revela que «hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón; y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no prevalecieron, ni se encontró más lugar para ellos en el cielo. Así que el gran dragón fue arrojado, esa serpiente antigua, llamada el Diablo y Satanás, que engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él».

Esa guerra, conocida como la gran controversia entre Cristo y Satanás, continúa en la tierra hoy en día. Al final del Apocalipsis 12, se nos dice: «Y el dragón se enojó con la mujer, y fue a hacer guerra con el remanente de su descendencia, que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo».

Afortunadamente, a través de la misericordia y la gracia de Dios, se nos ha dado inteligencia que revela los planes de guerra de nuestro enemigo, junto con información confiable sobre cómo evitar sus trampas.

A lo largo de la Biblia, Satanás es desenmascarado. Por ejemplo, Primera de Pedro 5:8 y 9 nos advierte: Sed sobrios, velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidle, firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se cumplen en vuestros hermanos en el mundo».

Y hoy, mientras continuamos nuestro viaje a través del libro, «El conflicto de los siglos», veremos algunos aspectos destacados del Capítulo 33, titulado «Las asechanzas del enemigo». En este capítulo, se nos da información importante a medida que se revela la metodología de Satanás.

La gran controversia entre Cristo y Satanás, que ha sido llevada adelante durante casi seis mil años, está a punto de cerrarse; escribe la autora inspirada, «y el malvado redobla sus esfuerzos para derrotar la obra de Cristo en favor del hombre y para atrapar almas en sus trampas. Mantener a la gente en la oscuridad e impenitencia hasta que termine la mediación del Salvador, y ya no haya un sacrificio por el pecado, es el objetivo que busca lograr».

El objetivo de Satanás es hacer todo lo posible para mantener a las personas alejadas de conocer la verdad de Dios el mayor tiempo posible para que estén perdidas eternamente.

Ella continúa:

Cuando no se hace un esfuerzo especial para resistir su poder, cuando predomina la indiferencia en la iglesia y en el mundo, Satanás no está preocupado… Pero cuando la atención se centra en las cosas eternas, y las almas preguntan, ‘¿Qué debo hacer para ser salvo?’, él está en el terreno buscando igualar su poder contra el poder de Cristo y contrarrestar la influencia del Espíritu Santo.

Fíjate en lo que se revela aquí: cuando se hacen esfuerzos que despiertan las mentes de las personas a realidades eternas, cuando se llevan a cabo reuniones evangelísticas, cuando grupos pequeños se reúnen para estudiar la Biblia, cuando se predican sermones llenos de verdad, cuando las personas son llevadas a la verdad y se preocupan por sus destinos eternos, es entonces cuando el diablo entra en acción para contrarrestar la influencia del Espíritu Santo en los corazones de las personas.

Interesantemente, en este capítulo la escritora nos lleva detrás de escena, revelando cómo Satanás se prepara para contrarrestar los sermones que se predicarán durante la hora de adoración. Refiriéndose a Job 1:6, donde en una ocasión, cuando los ángeles de Dios vinieron a presentarse ante Dios, Satanás también estaba allí, «no para inclinarse ante el Rey Eterno», escribe, «sino para promover sus propios designios maliciosos contra los justos».

Ella continúa, «Con el mismo objetivo, él está presente cuando los hombres se reúnen para adorar a Dios. Aunque oculto a la vista, trabaja con toda diligencia para controlar las mentes de los adoradores. Como un hábil general, traza sus planes de antemano. Cuando ve al mensajero de Dios buscando en las Escrituras, toma nota del tema que se presentará al pueblo. Luego emplea toda su astucia y sagacidad para controlar las circunstancias de manera que el mensaje no llegue a aquellos a quienes está engañando en ese mismo punto. Aquel que más necesita la advertencia será instado a realizar alguna transacción comercial que requiera su presencia, o de alguna otra manera se le impedirá escuchar las palabras que podrían resultarle un aroma de vida para vida».

Amigos, qué importante es que asistamos regularmente a los servicios de adoración para escuchar la palabra del Señor. No sabemos si el mensaje preparado para ese sábado puede ser justo el mensaje que nosotros o alguien de nuestra familia necesita escuchar en ese momento.

Intentar evitar que las personas asistan a los servicios de adoración donde se presenta la Palabra de Dios es solo una de las trampas de Satanás que usa para distraer a las personas y mantenerlas en la oscuridad. En nuestro próximo video, continuaremos revisando la inteligencia que se nos ha dado sobre las trampas de Satanás y cómo podemos evitarlas.

Mientras tanto, te animo a descargar tu propia copia del libro, El conflicto de los siglos, hoy en: the great controversy project punto org donde está disponible de forma gratuita en varios idiomas.

Sí amigos, aunque sabemos que el diablo es real, también podemos tener la seguridad de que nuestro Dios es más fuerte. «El nombre del Señor es una torre fuerte;» leemos en Proverbios 18:10, «los justos corren a ella y están seguros.»

Podemos confiar plenamente en Él. Te invito a orar conmigo en este momento.

Padre celestial, gracias porque tenemos la seguridad y el bastión de esperanza en la Palabra de Dios. Con tantas promesas, asegurándonos que podemos acudir a ti cuando enfrentamos desafíos y dificultades. Estamos muy agradecidos de que seas nuestra roca.

Eres nuestra fortaleza. Eres aquel en quien podemos confiar en todo momento para ayudarnos a superar las dificultades que el diablo pueda arrojarnos. Estamos muy agradecidos de que seas mucho más fuerte que cualquier cosa que el diablo pueda lanzarnos. Gracias por escucharnos en esta oración, y gracias por ser un Dios que está siempre ahí para nosotros. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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