De qué manera la Palabra de Dios está transformando vidas en las aldeas aisladas de Papúa Nueva Guinea.

2 de julio de 2024 | Wahroonga, Nueva Gales del Sur, Australia | David Fletcher, Adventist Record

En 2021, se produjeron luchas tribales entre las aldeas de Kemefa, Kainava, Okipa, Tapo y Oregé en Papúa Nueva Guinea. La guerra resultó en la quema de muchas casas y la destrucción y el saqueo de propiedades en Kemefa. Al menos 16 personas perdieron la vida en cada facción involucrada en los disturbios.

Líderes adventistas vestidos con diversos uniformes de iglesia salieron al medio de la batalla para hacer un llamado a la paz. Los miembros adventistas también recogieron los cuerpos de los que habían muerto de ambos lados y los llevaron a la morgue, donde los lavaron y vistieron, colocando los cuerpos en féretros para entonces devolverlos a las familias. Esa conducta de parte de los adventistas es una respuesta típica al conflicto tribal en Papúa Nueva Guinea.

Durante el conflicto, un luchador de Oregé ingresó a la iglesia adventista de Kemefa. El luchador, Abuni Ane, que ayudaba a distribuir drogas, robó una Biblia de la iglesia y la llevó a su hogar. Cuando se detuvieron las peleas, Abuni comenzó a leer la Biblia robada y el Espíritu Santo obró en él.

Varios meses después de las peleas, el pastor adventista Dicks Neheza visitó la aldea de Oregé y conoció a Abuni. Abuni trajó la Biblia robada y explicó al pastor lo que había sucedido, y que quería arrepentirse y comprometer su vida para servir a Dios.

Neheza se había capacitado hace poco en el ministerio de grupos pequeños con Peter Roennfeldt, y había estado desarrollando grupos filiales durante las restricciones por la pandemia del COVID-19. Neheza y Abuni lanzaron un grupo pequeño filial y, después de un tiempo Abuni pidió ser bautizado.

Abuni fue bautizado por Joanis Fezamo, presidente de la Misión de Simbu en las Tierras Altas Oriental. En su bautismo, Abuni contó su testimonio a los miembros de la iglesia de Kemefa, donde había robado la Biblia. Les contó que lo sentía mucho y devolvió la Biblia al anciano de la iglesia de Kemefa. El anciano se pronunció en nombre de la iglesia de Kemefa, e inmediatamente extendió el perdón a Abuni. Entonces, le devolvió la Biblia robada a Abuni junto con un himnario. El anciano le dijo que siguiera leyendo la Biblia, entonando cánticos a Dios, y que comenzara una iglesia en Oregé.

Al día siguiente, Neheza se dirigió a la aldea de Abuni con sus herramientas de carpintería. Abuni y sus dos amigos salieron a un bosque cercano y recogieron maderas para una estructura semipermanente. Ese día, con tres miembros, comenzó un nuevo grupo en la aldea de Oregé. Desde entonces, el grupo ha crecido hasta alcanzar 18 miembros. Es asombroso que durante las reuniones recientes de PNG para Cristo, se bautizaron ocho personas del grupo de Oregé, una iglesia que surgió a partir de las luchas tribales y una Biblia robada.

Neheza dice que la estructura semipermanente ahora ha quedado demasiado chica, por lo que se construirá una nueva iglesia permanente, como resultado del crecimiento que produzco PNG para Cristo. “Necesitamos el apoyo de su ayuda y sus oraciones”, añadió.

La versión original de esta noticia fue publicada por Adventist Record. Esta historia fue contada por Dicks Neheza, pastor de iglesia en la Misión de Simbu en las Tierras Altas Orientales. Neheza es responsable de la iglesia de Tuempinka, y de los grupos de Yasi, Arana, Karufinave y Oregé en el distrito de Kainantu. Ha prestado servicios por cinco años en el Distrito de Kainantu, estableciendo durante ese tiempo tres nuevos grupos. Es de profesión carpintero, y usa sus habilidades para ingresar a nuevos territorios con el evangelio.

David Fletcher es el director de Ministerios Aborígenes y de las Islas del Estrecho de Torres de la Asociación Sur Australiana de la Iglesia Adventista.

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